Una contractura es una contracción involuntaria de uno a varios grupos musculares, de carácter duradero y que impide el movimiento normal de la parte del cuerpo involucrada. Se trata de una manifestación que aparece principalmente cuando hacemos algún esfuerzo físico, realizamos un mal gesto o mantenemos una mala postura.
Sin dudas que a todos nos ha sucedido en alguna oportunidad y sabemos lo desagradable y doloroso que puede llegar a resultar. Por eso, te brindamos a continuación 4 consejos útiles para aliviar las contracturas.
1- Aplica calor en la zona.
El calor local y seco en la zona afectada ayuda a relajar el músculo y por lo tanto alivia las molestias y dolores producidos por la contractura muscular.
Es recomendable aplicar a última hora del día en lapsos que vayan desde los 10 a los 30 minutos y de manera discontinuada generando períodos de reposo entre una aplicación y otra.
- Puedes hacerlo con el agua de la ducha, con una bolsa de semillas o agua caliente o también con una lámpara infrarroja si es que cuentas con ella.
2- Date un buen masaje.
Un buen masaje siempre es bienvenido cuando de cuestiones musculares se trata. En especial y para este caso puntual es recomendable el masaje descontracturante por razones que resultan obvias.
- Este masaje se utiliza para relajar el músculo y disolver las contracturas, aliviando la tensión y devolviéndole su estado natural al músculo.
✅ Si tienes dolores de cuello y cervicales una excelente opción que te recomendamos es el Cuello Inflable para Estirar Cervicales. Este ideal para descomprimir esa zona y te ayudará a superar el dolor
* Promueve la circulación y mejora el rango de movimiento, ayudando a acelerar el calentamiento y la recuperación.
3- Realiza estiramientos suaves.
Practicar ejercicios de estiramientos suaves es una excelente forma de erradicar las contracturas además de obtener un beneficio integral y general para tu cuerpo. Te dejamos algunos ejemplos para que puedas aplicarlo en tu casa:
➡️ Separa tus piernas, flexiona la derecha y apoya tu mano sobre el muslo. Estira tu brazo contrario, respira profundamente y cuando lo sueltes, inclina tu cuerpo sobre la pierna flexionada. Repite el movimiento unas cinco veces y cambia de lado.
➡️ Ponte boca abajo y coloca tus manos debajo de tu pecho. Inspira de manera profunda y levanta suavemente tu torso, al mismo tiempo que sueltas el aire lentamente. Sube el tronco hasta que los codos queden estirados, sin forzar demasiado la zona lumbar. Baja y sube despacio unas cinco veces.
➡️ Siéntate en el borde de una silla, une las manos y eleva los brazos. Inspira por tu nariz, retén el aire unos segundos con los brazos estirados y exhala lentamente al mismo tiempo que los bajas. Es importante que tu espalda quede recta; repite también unas cinco veces.
¡Deseamos que cualquiera de estas tres opciones (o las tres juntas) puedan ayudarte a aliviar rápidamente tu contractura!