Un cabello brillante y lleno de vida es símbolo de un pelo fuerte y saludable y es un elemento muy apreciado en la imagen de mujeres y de hombres. Es también el resultado de un cuidado y una atención diaria que es necesaria para alcanzar dichos resultados. De lo contrario, obtendremos un cabello reseco y maltratado que lucirá opaco y apagado.
¿Por qué sucede esto?
Son muchos los hábitos diarios en los que incurrimos y factores externos a los cuales nos vemos sometidos y que atentan contra el bienestar de nuestro cabello. Te contamos algunos a continuación.
1) El agua.
El agua que utilizamos a diario en nuestros hogares es uno de los factores que más daña a nuestro cabello. Sustancias como el cloro o el calcio presentes en mayor o menor medida en el agua que obtenemos de la canilla y ducha, generan un deterioro progresivo que altera la estructura capilar y provoca pérdida de brillo y suavidad.
2) El estrés.
La vorágine de la rutina a la cual nos vemos sometidas y sometidos en la actualidad, las presiones laborales y sociales, la hipercomunicación, las cuestiones económicas, las tareas del hogar, el cuidado de los niños, etc. etc. etc.; pueden generar estrés. Uno de los grandes problemas de la humanidad en estos tiempos y que puede provocar diversas consecuencias físicas por ejemplo, en nuestro cabello.
- El estrés puede alterar el estado natural de nuestro pelo ya que se producen radicales libres que pueden afectar el bulbo piloso provocando que el pelo no luzca saludable, pierda brillo y hasta pueda caerse de manera abrupta.
3) La contaminación.
La contaminación medioambiental puede provocar efectos adversos en nuestro cabello, sobre todo en aquellas personas que vivimos en ciudades, donde cotidianamente nos vemos expuestos y expuestas a factores contaminantes.
Estas partículas contaminantes entran en contacto directamente con nuestra cutícula y cuero cabelludo generando irritación y sensibilidad, afectando directamente también nuestro cabello dando como resultado: pérdida de brillo, debilidad y resequedad. Pudiéndolo tornar más encrespado y quebradizo.
4) El sol.
Estar muchas horas expuestos o expuestas al sol puede ser contraproducente para el bienestar de nuestro cabello ya que puede deshidratarlo, resecándolo y haciéndole perder suavidad, brillo y flexibilidad. Esto es algo que nos sucede muy comúnmente en verano pero no es exclusivo de esta época y debemos prestar especial atención a esto durante todo el año.
- Por eso, al igual que lo hacemos con la piel es recomendable que utilicemos una protección contra los rayo UVA y UVB. Existen muchos productos en el mercado por lo que te alentamos a que uses protección solar capilar o directamente algún sombrero para bloquear los rayos de sol en caso de exposiciones prolongadas.
5) Plancha, secador y coloración.
Si utilizamos de manera diaria el secador y la plancha sometemos a nuestras fibras capilares a un maltrato considerable. Lo mismo sucede con las coloraciones y la aplicación recurrente de productos químicos que en muchos casos, producen daños irreversibles en las cutículas que provocan que nuestro cabello se quiebre con facilidad y se vea opaco.
No se trata definitivamente de abandonar dichas prácticas, pero sí te recomendamos no abusar de las mismas. Entender quizás que la satisfacción, practicidad o la comodidad que la tinta, la plancha y el secador nos generan en el corto plazo, pueden traer consecuencias negativas en el futuro si hacemos un uso demasiado frecuente.
Ahora que ya conoces algunos de los factores que pueden estar afectando tu cabello, ¡es hora de que tomes acción y que lo protejas para obtener como resultado ese pelo suave, brillante y saludable que tanto deseas!